Atentados en Noruega: ¿somos culpables?


Resulta que los atentados de Noruega tienen muchos culpables. Y entre ellos estamos los tildados de islamófobos, es decir, los que nos oponemos al multiculturalismo (nuestras sociedades lo son, pero el Estado no debe fomentarlo), llamamos la atención sobre el autoritarismo y la amenaza a la libertad y la democracia que supone el denominado Islam político, exigimos que la Justicia y las fuerzas de seguridad se ocupen de los crímenes que se producen por motivos religiosos y culturales en el seno de las comunidades musulmanas (mutilaciones genitales, secuestros de mujeres, asesinatos de honor, venta de mujeres en el extranjero), alertamos sobre el odio y la incitación a la violencia de los mensajes que se lanzan desde algunas mezquitas europeas y creemos que la culpa de todo esto reside en gran parte en algunos aspectos del Estado de bienestar, no sé si bien intencionados, pero que de hecho constituyen una nueva forma de racismo que fomenta la creación de una infraclase formada por inmigrantes e hijos de inmigrantes, mayoritariamente musulmanes.

Marginación, frustración, ignorancia y atavismo son los ingredientes de una receta explosiva de pobreza, fraude, violencia y radicalismo que a su vez provoca una reacción que va mucho más allá de la protesta contra políticas inadecuadas, como demuestra la existencia de partidos como Plataforma por Cataluña, que combinan el rechazo a la mal llamada discriminación positiva –en realidad, discriminación doblemente negativa– con la denuncia de lo que ellos denominan “globalización económica y cultural”, el capitalismo, el libre comercio, la banca y el liberalismo con la excusa de “cuidar a los de casa”, asuntos en los que su discurso no se diferencia en casi nada del izquierdista y que coincide plenamente con el de los indignados.

Sin embargo, algunos listillos y algún que otro zoquete se han propuesto arrimar la sangre de los asesinados en Noruega a su sardina para sacar provecho político, estigmatizar a los adversarios políticos y de paso colocar mordazas a los que no piensan como ellos. Es el caso de la drag queen convertida en activista de no sé qué Shangay Lily, quien aprovecha los muertos para esputar un discursillo acusador contra lo que él denomina TDT Party. La cosa tendría su gracia si no fuera porque a continuación Tomás Gómez, el líder del PSOE de Madrid, se hace eco de esos argumentos y propone censurar a algunos medios de comunicación. Que Shangay Lily se haya convertido en el nuevo profeta de la izquierda es una prueba más del estado de postración intelectual y moral del socialismo español. Bueno es saberlo. Como digo, el asunto podría tener un aspecto incluso cómico de no ser por el odio y la incitación a la violencia que este tipo de mensajes conlleva. A uno le entran ganas de parafrasear a Matthew, el personaje americano de la película Los soñadores, cuando, indignado ante el comportamiento de sus amigos franceses en el mayo del 68, les acusa de ser ellos los fascistas. La consigna podría ser: ustedes, zurdo-fascistas, son los terroristas. Puestos a exagerar y a acuñar invectivas rotundas, categóricas y llenas de vehemencia, ¿por qué no ésta?

Más que la cagalera mental de los de aquí me preocupa la cortedad de algunos influyentes analistas políticos extranjeros considerados serios y ponderados. Por ejemplo, Andrew Sullivan, uno de los comentaristas políticos más leídos de los EE.UU., quien en su blog  se descuelga acusando al escritor estadounidense residente en Noruega Bruce Bawer, uno de cuyos libros, Mientras Europa duerme, tradujo al español la editorial de FAES Gota a gota. Andrew y Bruce han compartido trinchera en varias batallas políticas, entre ellas la de los llamados “gaycons”, gays conservadores, contra la ortodoxia gay ultraizquierdista, aunque en esta cuestión Sullivan no ha dudado en sumarse a las huestes progresistas y, tal vez por falta de reflexión y de conocimiento, amalgamar a Bruce, un liberal que decidió abandonar los EE.UU. tras la polémica causada por su libro Stealing Jesus (Robando a Jesús), una crítica a la derecha cristiana estadounidense, con la extrema derecha europea, que tanto se parece a lo que ella misma denuncia. El asesino de Oslo admiraba a Bruce por sus críticas al islamismo y al multiculturalismo contenidas tanto en Mientras Europa duerme como en su libro posterior, Surrender (Rendición), cuyo subtítulo es suficientemente elocuente: apaciguar al Islam sacrificando la libertad. El mismo Bawer lo cuenta con asombro en un artículo publicado en el Wall Street Journal en el que analiza con la frialdad y la distancia necesarias el pensamiento de Anders Behring Breivik.

¿Convierte esto a Bruce en culpable por asociación de la masacre que Noruega? De ninguna manera. Es más, y al contrario de otros, en los últimos años Bruce, admirador del asesinado Pim Fortuyn, al que algunos malintencionados calificaron de fascista, también ha denunciado la aparición de movimientos ultraderechistas antidemocráticos y por supuesto antiliberales en Europa al socaire de la legítima preocupación y la oposición a los perversos efectos del multiculturalismo y la corrección política. Por desgracia, me temo que, llevados por el odio y la posible aunque improbable ganancia política a corto, plazo, algunos, los mismos que callan ante el discurso de Bildu y de otros partidos y movimientos supuestamente de izquierdas que tanto se parece al de la extrema derecha y al del asesino de Oslo, seguirán mezclando churras con merinas y exigirán que nos tapen la boca a todos los que pensamos que el Islam político es una amenaza para la libertad y el bienestar de todos y que, como Irshad Manji, autora del libro The Trouble With Islam (El problema del Islam), que compré en una librería gay de Amsterdam en la que también vendían una biografía del “islamófobo” Geert Wilders (¿debemos acusar al dueño de la librería de complicidad en los atentados de Noruega?), creemos que esa religión contiene elementos incompatibles con la libertad, la paz y la democracia. Soportaremos esa cruz lo mejor que podamos. Ellos seguirán ladrando; nosotros, pensando, por muchos muertos que quieran echarnos encima.

Espero que nadie en FAES o en Libertad Digital se enfade conmigo por haber regalado a la jauría progre un nuevo titular. De todas formas, se iban a enterar de lo de Bruce, así que cuanto antes se sepa y se explique, algo que ellos no harán, mejor.

chuecadilly@yahoo.es

9 Respuestas a “Atentados en Noruega: ¿somos culpables?

  1. Pingback: Anders Breivik, ¿un terrorista cristiano? « Sana Crítica

  2. Habla usted de cómo Tomás Gomez propone censurar medios de comunicación, algo que yo tampoco comparto por , de como la «jauría progre» no para de ladrar, mientras otros están ocupados en pensar.

    Bueno, al menos, por nuestro bien, esperemos que no se refiera con ese ejercicio de sano pensamiento al que aplica la jauría reaccionaria de ese TDT Party, y sí, los llamo así por el tono en común de sus artículos, esos que inventan falsas entrevistas para desprestigiar el movimiento 15M haciendo de paso sonoros ridículos y excusandose con lo «poco democraticos» que son por recriminarles ante esa bochornosa manipulacion, esos mismos que dicen que los indignados tienen contactos con ETA y con la Kale Borroka -Dixit de César Vidal-, esos que no tienen reparos en decir que la policia y los servicios secretos orquestaron una conspiración con los progres del PSOE y otros anti-PP con la ETA incluida en el 11M -El mayor atentado terrorista de la historia de España- y que el islamismo es inocente en el caso, esos que acusan a politicos de cierta ideologia (Y hablo de uno de los dos grandes partidos españoles) de estar al servicio de ETA….

    Tiene usted razón: Cuánta postración intelectual para llegar a semejante argumentario y que mucha gente comparta los anteriores mensajes! Y ante todo declararle que uno no es progre, al contrario, cada vez más cree menos en el sistema como un todo en el que es al ciudadano al que se toma el pelo queriendo siempre etiquetarle en una u otra ideología para poder combatirles.

    Gracias.

    • No sé qué contactos tendrán los indignados con ETA ni qué pruebas habrá aportado César Vidal porque no escucho su programa, pero en una charla que Luis Herrero mantuvo con los autores del libro «Nosotros, los indignados» uno de ellos dio la bienvenida a Bildu como «una voz nueva» (¿desde cuándo son nuevos los viejos batasunos?) y comparó a Bildu con la llegada al poder del PP en Extremadura. Me recordaban a todos aquellos intelectuales indignadísimos que dieron la bienvenida a Mussolini allá por 1919 (por lo de Bildu). Nadie se inventa ninguna entrevista, está todo grabado. El peor ciego es el que no quiere ver, el que se tapa los ojos. No se tape usted los oídos:
      http://www.ivoox.com/noticia-del-dia-nosotros-indignados-audios-mp3_rf_724220_1.html

      En cuanto al resto de sus consideraciones, me son completamente ajenas.

  3. Sí, soy aquél

    No, hombre, lo escandaloso es que algunos digan que buena parte de los homo, supongo que los que se sienten amenazados por el Islam, apoyan a partidos que no solo se oponen al multiculturalismo sino que además abiertamente se oponen a los derechos de los homosexuales (como es el Partido del Progreso noruego). En verdad, si ése fuera el caso, habría que intentar hacerles ver que éso es algo tan estúpido como pedirle protección a la Mafia. Por otro lado compruebo que no solo hay «esclavos» en el Islam, aquí en España algunos, para expresarse, piden permiso para evitar represalias a Libertad Digital y a la FAES.

    • Braveheart, lo del permiso no lo dirás por mí, yo no he pedido permiso a nadie. Y respecto a las represalias, ninguna puede temer quien nada les debe. Por último, es cierto que el Partido del Progreso se opuso al matrimonio gay en Noruega, oportunismo para ganarse a la gente más de derechas de Noruega. No sé si estaban al tanto de la mentalidad del asesino cuando colaboró con ellos. Precisamente esa es la gente de la que Bawer advirtió y a la que yo me refiero, los que aprovechan un malestar por políticas fracasadas para promover unas políticas igual de caducas. Tal vez deberías volver a leer el post. ¿Protección a la Mafia? Eso es justo lo que pienso de los que se acercan a los partidos que van por ahí legitimando y riéndoles las gracias a los regímenes más homófobos de la Tierra y que miran a otro lado cuando desde algunas mezquitas se lanzan mensajes de odio a los homosexuales. Dicen «bueno, con no acercarse a los barrios donde viven, problema solucionado». Es lo que dijo el alcalde de Ámsterdam hace unos años. ¿Qué te parece?

  4. Pingback: Doble tragedia para Noruega. -Bruce Bawer 2

  5. VON KIRCHMANN

    Don Luis como siempre dando en la diana, contra esta lobotomizada, aborregada y acomplejada sociedad del «bien_estar» y «mejor-vivir» a costa de nuestros impuestos…. Cuando a la libertad se le añaden adjetivos (multiculturalista y demás faramalla), manos a las carteras que no estan robando seguro. Todavía no he visto a ningún piji-progre de éstos que tenga en su casa acogido a ningún gitano rumano, musulman…… como para encima estar dando clases de democracia. Lo que hay que ver, y peor oir……

    saludos liberales desde Murcia, donde ser del Psoe, sigue estando mal visto a Dios gracias…..

  6. Tomás Gómez ignora que el pecado original de la izquierda es precisamente su complacencia con la violencia. En el Manifiesto Comunista Marx dice que sólo mediante la violencia se conseguirá el objetivo comunista. Nechaev, en el Catecismo Revolucionario, apuesta por un militante de izquierdas inhumano y cruel que destruya todo el sistema social. En el periódico socialista Renovación, 1934, apareció el Decálogo de joven socialista, en el que se afirma que el socialismo sólo es alcanzable mediante la violencia.
    Por otro lado, ya Mitterrand jugó a concederle sitio, y lo consiguió, a la ultraderecha francesa, para perjudicar a la derecha: al final, fue pernicioso para Francia y para su propio partido.

  7. Muchas gracias, Luis, gran artículo y muy necesario.
    Se escandalizan ahora de que buena parte de los homo apoyen a liberales como Wilders o Bawer, o de que Pim Fortuny muriera defendiendo la libertad, la de los gay y la de todo el mundo.

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