Rajoy se quema porque quiere


Si yo fuera uno de los críticos internos del PP tendría mucho cuidado antes de sacar conclusiones sobre lo que parece ser la financiación ilegal de ese partido en la Comunidad de Valencia en un tortuoso camino de ida y vuelta que pasaba por subvenciar a Orange Market, que a su vez pagaba el favor reservando una parte de sus ingresos para el partido. ¿Cuántos chiringuitos así existirán en España? ¿Sólo en el sector de la organización de eventos o en alguno más?

La amistad de El Bigotes y su gente con Aznar, el polvorín a punto de estallar que se halla en el subsuelo de la sede de la Comunidad de Madrid -Esperanza Aguirre sigue posponiendo la crisis de Gobierno que le libre de su vicepresidente y del consejero Granados confiada en que Rubalcaba retrase la explosión- y el papel de Ricardo Costa, uno de los políticos más jaleados por los medios obsesionados por cargarse a Rajoy, como cerebro de la trama, indican que en el caso Gürtel Rajoy simplemente pasaba por allí. Que no tomase entonces (2004) las medidas pertinentes contra los corruptos, protegidos de Aznar y Aguirre y por tanto intocables, y que ahora opte por apoyar sin fisuras a un Francisco Camps cada vez más desprestigiado sí que se le puede achacar a él.

El caso Gürtell debería marcar el fin del aznarismo por mucho que disguste a los que se empeñan en seguir sacando esqueletos de los armarios y tirárselos a la cara a Rajoy. Por otra parte, la filtración de las escuchas, sobre cuya legalidad se tendrán que pronunciar los jueces, y el ritmo que los filtradores están imprimiendo a la información siembran la duda sobre los auténticos motivos de los divulgadores del escándalo Gürtell. Como suele pasar en España, al final la cosa quedará en agua de borrajas y nadie pagará por sus delitos debido a algún defecto de forma o a la invalidación de pruebas.

Se dice que hay antiguos partidarios de ZP que andan coqueteando con Génova. ¿Cuántos peperos hacen lo mismo con Rubalcaba? La política y el poder, que es lo verdaderamente importante, hacen extrañísimos compañeros de cama.

2 Respuestas a “Rajoy se quema porque quiere

  1. Todo esto, tal y como lo cuentas, lo tengo mas o menos claro. Pero hay algo que no me termina de cuadrar a estas alturas, y es que dicen que Rubalcaba se quiere ir.

    ¿Sabes si hay algo de realidad detrás de esto, o solo son fuegos artificiales para distraer la atención?

    John W.

    • En 2008 se dijo que Rubalcaba quería irse porque tenía cáncer. Se recuperó y ahora no parece que tenga intención de dejar la política. Lo del caso Gurtel es muy raro. Yo creo que Rajoy debería haber limpiado el asunto cuando llegó a la presidencia del partido aunque molestase a los aznaristas. Pero como llegó por el dedazo de Aznar, y no por una votación entre los militantes, dejó las cosas como estaban para no crear problemas y simplemente apartó a la pandilla de Génova, dejando a alguno, y permitió que siguieran con sus negocios en Valencia y Madrid. Me preguntó por qué fue precisamente Costa quien se enfrentó a Rajoy antes del congreso de Valencia. ¿Hablaba por él o por sus amigos damnificados porque ya no les recibían en Génova? En el debate de La Noria al que fui hace algo más de un mes, Juan Adriansens, que es un hombre sin partido ni militancia, advirtió de que todo eso le recordaba los peores hábitos del PSOE de antaño y lamentó que en el PP se hubiesen creado ese tipo de tramas. No me lo tomé en serio cuando lo dijo, pero ahora pienso que probablemente tenía razón. Una vez más tengo que decir que el problema no es Rajoy, algo que he dicho muchas veces y que no me ha beneficiado, pero me importa un rábano, sino el patrimonialismo del PP, algo que sus dirigentes ocultan diciendo que son un partido presidencialista. Rajoy no se impuso porque no podía. Imagínate lo que habrían dicho algunos entonces. El PP necesita democracia interna ya, es la única forma de que su líder, su tiene que cortar cabezas, lo haga con tranquilidad sabiendo que tiene un mandato de las bases.

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